lunes, 18 de mayo de 2009

Cuando Chinaski se convirtió en Bandini

Dos vidas paralelas llenas de causa-efecto, Bukowski-Fante, Chinaski-Bandini, tan diferentes y tan cercanos que el destino inevitablemente les ligó para siempre. Charles Bukowski, creador de una literatura tan sórdida, provocadora, violenta y triste como su propia vida. John Fante considerado, gracias a Bukowski, precursor del realismo sucio, un triste ludópata que publicó a finales de los años treinta un par de libros con más pena que gloria, un guionista de tres al cuarto con una vida de cupones por recortar.

¿Cómo consiguieron un escritor mediocre y anacrónico, y otro alcohólico y perdedor nato llegar hasta lo más alto de las cimas literarias y convertirse, de paso, en referentes para la narrativa norteamericana del siglo XX? Imagínese un día de esos tristes en la ciudad de Los Ángeles, en un contexto de pensiones de tres dólares, de camas de cartón, de suburbios fríos. Allí al fondo un lector empedernido llamado Charles Bukowski, leyendo libros de la generación perdida, de los realistas rusos o de los trágicos escandinavos, con la ferviente ilusión de encontrar un maestro, una pizca de magia más allá del metarrelato, un camino de palabras por el cual pasear tras un gesto desencantado.

"Pero cierto día cogí un libro, lo abrí y se produjo un descubrimiento. Pasé unos minutos hojeándolo. Y entonces, a semejanza del hombre que ha encontrado oro en los basureros municipales, me lleve el libro a una mesa…"

Charles Bukowski nació en Aldernach -Alemania- en 1920 aunque con tan solo dos años se trasladó a Los Ángeles. Poeta y narrador de culto, el mayor crítico del sueño americano, un infant terrible, amado y odiado por sus millones de lectores; misógino, racista y vagabundo. Un perdedor nato, el último escritor maldito de la literatura norteamericana, el factotum que siempre se declaró deudor de la obra de Fante.

"Comenzar a leer aquel libro fue para mí un milagro tan fenomenal como imprevisto. El libro se titulaba Pregúntale al polvo y el autor se llamaba John Fante. Tendría una influencia vitalicia en mis propios libros. Acabé Pregúntale al polvo y busqué más libros de Fante. Encontré dos. La calidad era la misma, se habían escrito con el corazón y las entrañas y no hablaban de otra cosa…"

Pregúntale al polvo escrita en 1939 es la segunda novela y columna vertebral de la trilogía de la desesperanza que inicia con Espera a la primavera Bandini de 1938 y que completa con la crepuscular Sueños de Bunker hill publicada en 1982.

Las tres tienen como protagonista a Arturo Bandini, alter ego de Fante, un ser alabado y rechazado al mismo tiempo, un bebedor empedernido, una mueca rota... Siempre viviendo a bandazos al igual que el propio autor, un don nadie que escribe compulsivamente palabras llenas de amargura, un ser que se encuentra y se pierde constantemente, tan mágico que hizo mella en Bukowski, hasta el punto de inspirarle al ya mítico personaje Henry Chinaski, el antihéroe protagonista de todas sus tramas.

"Sí, Fante tuvo sobre mí un efecto poderoso. Poco después de leer los libros de Fante conviví con mi mujer. Estaba más alcoholizada que yo, sosteníamos peleas violentas y a menudo le gritaba: ¡No me llames hijo de puta! ¡Yo soy Bandini, Arturo Bandini! Fante fue para mí como un Dios, pero yo sabía que a los dioses hay que dejarles en paz…"

El personaje Henry Chinaski surge con fuerza en 1970 con Cartero, obra que le permitió a Bukowski abandonar la oficina de correos donde trabajó hasta los 49 años para dedicarse exclusivamente a la literatura. A ésta seguirían otras cinco novelas, todas protagonizadas por Chinaski, La senda del perdedor, Factotum, Pulp, Mujeres y Hollywood.

¿Qué habría pasado si no hubiese existido aquella biblioteca pública? John Fante fue un escritor por el que Bukowski profesó siempre la mayor de las admiraciones, poniéndole por encima incluso de Celine y de Hemingway. De hecho ese fue el golpe de suerte de Fante, la única razón por la que ahora se reeditan sus libros. Bukowski se ocupó durante toda su vida de recordarnos lo importante que era para él la obra de Fante.

"Al final, gracias a otras vicisitudes, he conocido al novelista este mismo año. Queda mucho que decir de la vida de John Fante. Una vida con una suerte extraordinaria, con un destino horrible y llena de una valentía tan natural como insólita…CHARLES BUKOWSKI 05/06/1979".

1 comentarios:

Leo del Mar 27 de junio de 2009, 23:46  
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