Ruletenburgo
El jugador, FEDOR DOSTOIEVSKI. Traducción de José Laín Entralgo. Ed. Biblioteca Básica Salvat, Navarra. 1982. 189pp.
Las obras de Dostoievski, como las de todos los realistas rusos, se caracterizaron por ser de gran volumen llamándolas “las grandes novelas del siglo XIX”, una de las excepciones fue El jugador, novela corta escrita en 1866.
La creación de esta obra -junto a otras dos- fue debido a la situación económica en la que se encontraba, ya que en 1865 firmó un contrato con Stellovski en el que le concedía la exclusiva de las obras ya publicadas y comprometiéndose a entregarle una obra inédita antes del primero de noviembre del año siguiente.
A pesar de esto, le ofrece a otro editor la primera parte de Crimen y Castigo lo que le supuso escribir dos novelas en un año. Cuando faltaban pocas semanas para que acabase el plazo de entrega decide contratar a una taquígrafa para agilizar la escritura (la que sería su futura esposa).
Así en tres semanas escribe esta pequeña novela llamada El jugador que trata un tema bastante familiar para Dostoievski ya que como el protagonista él es un jugador, un ludópata de la ruleta en la que pierde todo su dinero en las capitales del juego: Wiesbaden y Baden-Baden.
Sus obras son eminentemente autobiográficas, tratan un episodio de su vida, por lo que en El jugador, por medio de Alexei Ivánovich plasma un momento que desea borrar, incluyendo a Polina -la protagonista femenina- que en la vida real será una amante que lo abandona cuando estuvo en la miseria.
Alexei es un ruso pobre y culto que deambula por diferentes países y que se deja dominar por el azar de una ruleta que truncará sus esperanzas y deseos destruyendo su futuro. Pero no sólo lo destruirá a él, sino también a Antonida Vasílievna -la abuela- con la que el lector más sufre al cogerle un irremediable afecto y a la que, desde las hojas del libro, se le grita compulsivamente ¡Que no juegue!
Uno de los personajes más incomprensibles es Polina, que odia permanente a Alexei y que luego se descubre que es amor. Ese odio produce en el lector un mayor aprecio por Alexei y una antipatía hacia Polina que se desarrollará durante todo el relato.
El resto de personajes son un cúmulo pintoresco de actores internacionales de características dispares que no hacen otra cosa que darle color y ritmo a una obra ya de por sí muy bien hilada. El libro, en general, habla de la degradación humana, y en sentido figurado de Rusia, una Rusia de generales, condes y nobles que acaban humillados y deshonrados por culpa del azar y que intentan vivir sus momentos pasados de felicidad, lo que no consiguen y acaban por destruirse cada uno.
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